Ditsowo Tsirik (El camino de la semilla), de Costa Rica, fue le video ganador de la séptima versión del Premio Anaconda al video indígena y afrodescendiente de la Amazonia, Chaco y los Bosques Tropicales de América Latina y El Caribe.
La selección de esta producción y otras, fue la culminación de un largo proceso de difusión de los materiales audiovisuales concursantes en comunidades indígenas de Bolivia, Sudamérica y centroamérica. En Bolivia, los videos recorrieron una veintena de comunidades, donde jurados locales calificaron las obras.
La gala de premiación se realizó en Santa Cruz, en el cine Bella Vista, dentro de la dinámica de que en cada versión del Premio (esta es la séptima), un país distinto es anfitrión del evento final.
Los ganadores
“Cuatro indígenas Bribri-Cabécares se sientan a conversar sobre la resistencia en Talamanca: resistir el robo de tierras, de su medicina, de minerales y de equilibrio. Se trata de un camino que intenta ser borrado por una sociedad enferma y devaluada. Con suerte lograrán recuperar el Tsirík: la misión que subyace en los seres escogidos por Sibö para cuidar la vida, el secreto de su sobrevivencia, el escudo ante la enajenación, la guía para redescubrir su camino como semilla”, cita la sinopsis del video ganador, producción dirigida por Marco Rodríguez, quien estuvo presente en la gala final, y muy emocionado agradeció por el premio recibido, al que consideró un reconocimiento a la lucha de los pueblos indígenas de Costa Rica.
La producción colombiana Primero… que hablen ellas, la que abordó las historias de cinco mujeres de diferentes comunidades indígenas de Antioquia, que comparten sus historias personales de lucha y participación comunitaria en un contexto machista donde históricamente han sido encasilladas como amas de casa, objetos sexuales y vientres para tener hijos, fue el documental merecedor del premio en la categoría especial Mujer Indígena y Afrodescendiente.
Por la fuerza de una propuesta documental que exige atención urgente de la sociedad en la construcción de una verdadera interculturalidad y plena vigencia de derechos, el premio a mejor documental fue para Estamos aquí, una historia de afrodescendientes bolivianos.
Por la sencillez y contundencia de un mensaje urgente en la creatividad de una comunidad maya, la obra audiovisual Si es por amor, de Guatemala, logró el premio en la categoría Experimental y animación.
También se otorgaron menciones especiales para Coca la lengua de Dios, de Colombia; Camino a la verdad, de Bolivia; Tava, la casa de piedra, de Brasil; Iskobakebo, un difícil reencuentro, de Perú, y El Canto de la Flor, de Ecuador.
El evento tuvo como objetivo el contribuir al reconocimiento, valoración y respeto de las diferentes culturas y la plena vigencia de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes, como elementos sustanciales para el logro de la convivencia armónica de nuestras sociedades y la concreción de sus aspiraciones de auto desarrollo y del vivir bien.
Fue impulsado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas, la Fundación PRAIA, el Ministerio de Comunicación y varios medios de comunicación nacionales.
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