Hoy en la noche se presenta una selección de ocho trabajos en corto de Bolivia y de España en la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid), a partir de las 20:00. Esta es parte de una muestra itinerante que dan a conocer estas obras en tres ciudades del país (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) y el objetivo es poner en valor la producción de cortometrajes bolivianos y españoles, que pocas veces tienen cabida en las pantallas del país. Aquí un acercamiento a uno de los directores bolivianos que seguramente dará qué hablar en un futuro.
Lo que se verá. Esta exhibición nació con el objetivo de ampliar el alcance de las actividades paralelas del ciclo Martes de Cine Español en Bolivia. “Coctel corto” es el nombre y tiene programaciones diferenciadas para las tres ciudades, compuestas de cortometrajes bolivianos de reciente producción, parte del Catálogo y Archivo de Cortometrajes Bolivia en corto www.bolivianencorto.com. La mayoría de los cortometrajes bolivianos que se exhiben en esta muestra fueron ganadores de premios y menciones en la reciente entrega de los Premios Eduardo Avaroa, otorgados por el Estado Plurinacional de Bolivia. Plato paceño (Carlos Piñeiro), El Ekeko (Iván Castro) El navegante (Richard Sánchez) y Memento Mori (Daniela Wayllace) serán presentados en calidad de estreno. Además, se complementan con los cortos premiados por “Madrid en Corto” (España) y del realizador Xavi Sala uno de los últimos invitados especiales del Fenavid.
Momento Mori, de Wayllace. Dentro de las propuestas nacionales se ven destacados trabajos de nuevos realizadores nacionales que quizás son difíciles de encontrar en la ciudad de Santa Cruz, por eso esta se constituye en una excusa perfecta para asistir a la Aecid. Así se verá el trabajo de Daniela Wayllace que estudia actualmente en Bélgica, donde se especializó en cine de animación después de haber estudiado arte en las aulas de la UMSA. “Lo que me interesa del Momento Mori es que permite introducir al espectador en una dimensión más profunda. No somos eternos, somos mortales entonces, desde ese punto de vista, como seres mortales existe una vida futura, una promesa futura”, señala y comenta que esta historia está contada de manera musical, y dividió la historia en tres movimientos junto con el talentoso músico boliviano Alejandro Rivas. A través de la danza y la música, se cuenta la historia de una niña y su tragedia. Cada parte del filme está articulado por una estructura musical coherente en la cual los personajes evolucionan en el espacio en crescendo.
El Ekeko de Iván Castro. Este realizador empezó con fuerza con un corto premiado y que recorrió algunos festivales llamado “Pequeña Historia” en 1998, así desde ya en esa época Castro fungía de docente universitario. Tiene un taller de animación llamado “El Demiurgo” y organiza cada año el día internacional de la animación en el país. Fue parte además del grupo “Abuela Grillo” que estuvo en Dinamarca. Ekeko es un documental animado sobre los orígenes e historia de este personaje de alasitas paceño. El corto ya ha sido invitado a dos festivales y seleccionado como finalista del festival Chilemonos.
¿Cómo comenzaste en el mundo del audiovisual? Empecé muy joven y desde que pisé un set de filmación no lo dejé hasta el día de hoy. He tenido la suerte de trabajar con la mayoría de individuos que se dedica a esto en el país por lo que he visto las verdaderas luces y sombras de nuestro cine.
¿Cómo fue el proceso para hacer este corto? Plato paceño es nuestro tercer corto. Lo producimos al cien por ciento con el premio del Amalia Gallardo que ganamos en 2010 con el corto “Max Jutam”. Se filmó en un rincón de la ladera paceña, en la casa de una familia paceña y con una vista maravillosa a la ciudad de La Paz.
Dicen que el corto es lo inicial para los cineastas, ¿qué piensas al respecto? Hacer cine es toda la vida o no es. Un corto es el primer paso sin duda, lo que viene después se trata solo de perseverancia.
¿Qué cosas te interesa contar como director de cine? Lo que me interesa transmitir es la vida misma. Una forma más de decirle a esta vida cuánto la admiro.
Hablame un poco sobre 'Plato paceño'. Tenía que alquilar cinco ataúdes para mandarlos a Uyuni para una escena de Blackthorn. El momento en que me entregaban los ataúdes el dueño del lugar me comenta que hay veces que alquila el velatorio con cocina incluida porque es costumbre local enterrar al difunto con su plato favorito En ese preciso instante nace Plato paceño.
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