A pesar de la falta de apoyo del Estado, los cortometrajes son las producciones bolivianas más premiadas a nivel internacional. Este año, desde enero hasta septiembre, nueve audiovisuales fueron seleccionados e incluso galardonados en festivales como la Berlinale, Cannes, Bafici y Locarno, según un recuento realizado por Página Siete.
Uno de ellos fue Primavera, de Joaquín Tapia Guerra, elegido para participar en la sección Generation Kplus, del Festival Internacional de Cine de Berlín (Alemania), en febrero de este año.
En abril pasado, la producción fue seleccionada para la Competencia Oficial de Corto en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici, Argentina). En este mismo encuentro participó In Between, de Juan Álvarez-Durán, que fue seleccionado para la muestra internacional de cortos Talents.
Otro de los audiovisuales es Nina, dirigido por Uri Carrasco, quien pasó de participar en el 48 Hour Film Project Filmapalooza a ser elegido para la sección Short Film Corner del Festival de Cannes, (Francia), en mayo.
El siguiente es Despedida, de Pablo Paniagua, que recibió una Mención Especial del Jurado en la Competencia Oficial de Cortos del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), en abril.
Paniagua, quien es parte del colectivo Socavón Cine, aseguró que a pesar del éxito logrado, siguen sin ayuda. "Pedimos apoyo, este año, al Ministerio de Culturas y no hay. No existen fondos, no existe absolutamente nada que nos ayude. Creo que un país que dice tener un proceso de cambio y sin cultura no es coherente. A pesar de eso, estamos igual sacando la cara por el país, yendo a certámenes internacionales importantes”, comentó Paniagua.
A la lista de cortos destacados se suma Les invisibles lustrabotas (Los lustrabotas invisibles), un cortometraje en dos partes realizado por el artista francés Anatoli Vlassov con jóvenes lustrabotas de La Paz. El audiovisual fue seleccionado para la muestra de Aviff Cannes-Art Film Festival, en el marco del encuentro cinematográfico francés.
También, Plato paceño, dirigido por Carlos Piñeiro, ganó en mayo el premio al Mejor Cortometraje Latinoamericano en el Festival Latinoamericano de Cine de Tigre (FELCIT), en Argentina.
Piñeiro aseguró que a partir de la ausencia de apoyo decidió autogestionar sus proyectos con los premios que ganó.
"Plato paceño estuvo en el Festival de Unasur, de Argentina, el año pasado. Ahí, una de las cosas que más me molestó y, al mismo tiempo, fue un plus para mi corto, para mi obra es que todos los cortometrajes de los otros países tenían apoyo gubernamental, del Estado o del municipio. El único corto que no tenía ningún tipo de apoyo era Plato paceño”, contó el realizador, quien también integra el colectivo Socavón Cine.
Además, el audiovisual de Piñeiro logró la mención a la Mejor Dirección de Arte para Juan Ignacio Revollo y Mario Andrés Piñeiro y el Premio SIGNIS en el Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales de Rosario (FLVR), Argentina, a principios de septiembre.
Este mes, Nueva vida, de Kiro Russo, fue seleccionado para el Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine, que se realiza en el marco del Festival de San Sebastián (España).
"Hoy se exhibe el corto de Kiro, nuestro compañero del colectivo Socavón. Él está ahora en San Sebastián para presentarlo. Habíamos pedido igual apoyo al Ministerio (de Culturas) para que podamos ir a representar a Bolivia, pero no nos han dado. Él tuvo que ir por sus propios medios”, agregó Paniagua.
El audiovisual también obtuvo una mención especial del Jurado en el Festival de Cine de Locarno (Suiza). Además, fue seleccionado para la Competencia Oficial de Corto en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici).
Para el gestor y crítico de cine, Sergio Zapata, además de la falta de apoyo, no hay espacios para distribuir y exhibir los cortos. "No existe fondo de fomento, ni políticas. Lo bueno es que los realizadores lo hacen aún sabiendo que no cuentan con el apoyo y eso es mucho más loable. Además, permite que pensemos en un sector independiente”, aseguró Zapata.
Los cortometrajes temáticos Sueños de guerra, de Santiago Espinoza; Quejas del alma, de Gabriel Prado y Heroínas anónimas, de Cristian Antelo, participaron en el Festival Internacional de Cine - Arte y Cultura Paraguay. Estos filmes fueron producto del Fondo Concursable para la Creación Audiovisual (FOCCA) denominado Una Guerra de Película.
Finalmente, Distancia, del estadounidense T.S. Meeks, y protagonizado por el boliviano Javier B. Suárez, fue seleccionado en la categoría Cortometrajes con personas y escenarios reales en el Festival Internacional de cine de Santa Bárbara (Estados Unidos). La misma producción fue seleccionada y competió en el Palm Springs International ShortFest, en Estados Unidos, que se realizó en junio.
Puntos de vista
CARLOS PIÑEIRO
Cineasta
"Nosotros nos autogestionamos”
He filmado ya cuatro cortometrajes, uno por estrenar, los otros tres ya fueron presentados y reconocidos. Con el premio de mi primer corto he realizado el segundo, ganamos más plata y volví a hacer otro. Nunca hemos recibido apoyado, por esa razón nosotros nos autogestionamos todo. En el Festival de Unasur, de Argentina, el año pasado me he dado cuenta que todos los cortometrajes de los otros países tenían apoyo gubernamental, del Estado o del municipio. El único corto que no tenía era el mío, Plato paceño.
SERGIO ZAPATA
Crítico de cine
"No hay políticas de apoyo”
No existe un fondo de fomento y menos políticas de apoyo. Pero lamentablemente tampoco hay distribución y exhibición del material. El único lugar que proyecta estos trabajos es la Casa Espejo y a veces el Espacio (Simón I.) Patiño. Pero en Bolivia ninguna institución del sector tiene una política ni siquiera de exhibición. Lo bueno es que los realizadores lo hacen aún sabiendo que no cuentan con el apoyo y eso es mucho más loable. Además, permite que pensemos en un sector totalmente independiente.
PABLO PANIAGUA
Fotógrafo y cineasta
"No hay apoyo, a pesar del éxito”
Nosotros, a pesar del éxito que logramos con nuestros cortometrajes seguimos sin apoyo. Este año, le pedimos (ayuda) al Ministerio de Culturas y no hay. No existen fondos, no existe absolutamente nada que nos apoye. Eso está pasando en todas las disciplinas, por ejemplo en teatro con lo del Premio Peter Travesí. A pesar de eso nosotros estamos igual sacando la cara por el país, participando en certámenes internacionales importantes. Creo que un país que dice tener un proceso de cambio y sin cultura no es coherente.
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