La Berlinale 2014 se volcó en Asia y repartió sus máximos premios entre "Bai Ri Yan Huo" ("Black Coal, Thin Ice"), un thriller profuso en sangre del chino Diao Yinan, una pulcra historia de amor japonesa y un esperanzador filme sobre una casa de masajes poblada por invidentes, asimismo china.
El gran ganador fue Diao, con una película de intriga y matones que discurre entre brutales asesinatos en serie y personajes aparentemente normales, y que además de ganar el Oso de Oro dio la Plata al mejor actor a Liao Fan, el policía que sobrevive a las más diversas circunstancias.
La Plata a la mejor actriz fue para la japonesa Haru Kuroki, por su papel de sumisa y romántica muchacha de servicio en "Chiisai Ouchi", una película dirigida por Yoji Yamada, un habitual de la Berlinale y exponente del perfeccionismo estilista del cine japonés.
Completó el palmarés asiático la Plata a la mejor contribución artística para "Tui Na" (Blind Massage), de Ye Lou, una cinta sobre un grupo de ciegos e interpretada parcialmente por invidentes, que indaga en la ceguera y en la que se alterna lo experimental, lo poético y alguna escena de gran crudeza.
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