Faltan sólo unos días para la entrega de los Globos de Oro y para el anuncio de las nominaciones a los Oscar y se avecina un duro duelo entre Leonardo DiCaprio y Michael Fassbender por coronarse como mejor actor, con permiso de Bryan Cranston y Eddie Redmayne.
El mexicano Alejandro González Iñárritu le ha regalado a DiCaprio uno de esos papeles para arrasar en todos los premios: el de un trampero atacado por un oso en la América del siglo XIX, una historia real que cuenta en The Revenant. Con su interpretación, más basada en el aspecto físico que en los diálogos, el actor buscará su ansiado Oscar, tras cuatro nominaciones fallidas por What’s Eating Gilbert Grape, The Aviator, Blood Diamond y The Wolf of Wall Street. Y aunque es uno de los grandes favoritos, se enfrenta a actores que también han deslumbrado con sus interpretaciones. Especialmente Michael Fassbender, que está en todas las quinielas de los premios por su interpretación de Steve Jobs, el cofundador de Apple, en la película del mismo título dirigida por Danny Boyle.
Fassbender recrea con mucha fuerza a un personaje tan complejo como Jobs y lo hace sin caer en el habitual mimetismo con el que muchos actores interpretan a personas reales. Una muestra del auge de un actor que da otra lección de interpretación en Macbeth y que se ha convertido en pocos años en un nombre imprescindible del cine mundial.
Dos actores que llevan una carrera muy diferente. Leonardo DiCaprio sorprendió a todos con apenas 18 años en What's Eating Gilbert Grape, papel por el que recibió su primera nominación al Oscar, como mejor secundario, y que le situó de forma fulgurante como la gran promesa de Hollywood. Pero pese a su éxito y a haber participado en muy buenas películas -es uno de los habituales del cine de Martin Scorsese-, a sus 41 años DiCaprio ha ocupado más páginas de las revistas del corazón por sus romances con modelos que de las especializadas en cine. Y aunque ha ganado dos Globos de Oro, no es uno de los actores mejor tratados por la crítica y se le resiste ese Oscar que busca desde hace más de 20 años.
Muy diferente es la carrera de Fassbender, que debutó tardíamente, a los 24 años, en televisión, para dar el salto al cine con un pequeño papel en 300. Pero no sería hasta la durísima Hunger, en 2008, cuando ya había superado los 30 años, cuando llamó la atención por su interpretación del miembro del IRA Bobby Sands que falleció tras una huelga de hambre en la cárcel. La dirigía Steve McQueen, el mismo director que le eligió para Shame, película por la que ganó la Copa Volpi al mejor actor en el Festival de Venecia de 2011 y que fue su consagración. Su hasta ahora única nominación al Oscar llegó como secundario por 12 Years a Slave, mientras alternaba papeles en sagas taquilleras como X-Men con papeles a las órdenes de David Cronenberg o Steven Soderbergh. Su interpretación de Steve Jobs le ha valido ahora ser nominado al Globo de Oro y a los prestigiosos premios del Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG) y se da por seguro que optará al Oscar. Exactamente igual que Leonardo DiCaprio.
La duda es si uno de los dos logrará el mayor reconocimiento del cine, el Oscar, o si les aguará la fiesta alguno de sus competidores. Los que más suenan son Bryan Cranston, conocido por ser el protagonista de una serie de culto, Breaking Bad, y que ha destacado por primera vez en el cine por su interpretación del escritor y guionista Salton Trumbo. O el británico Eddie Redmayne, que el año pasado se llevó la estatuilla por The Theory of Everything, y que este año intentará repetir por The Danish Girl, donde es el pintor danés Einar Wegener, la primera persona que se realizó una operación de cambio de sexo. Aunque no hay que olvidar a Christian Bale y Steve Carell, los dos protagonistas de The Big Short.
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