viernes, 4 de septiembre de 2015
Festival Alucine Documental sobre extranjeras en prisión boliviana es la más esperada
La exhibición del documental “The Bolivian case”, de la directora boliviana Violeta Ayala, es uno de los estrenos más esperados del festival Alucine. Se exhibe el sábado 5 de septiembre.
El documental cuenta la historia de las noruegas Christina Oygarden, Stina Hagen y Madeleine Rodríguez, que fueron detenidas en mayo de 2008 en el aeropuerto de Cochabamba acusadas de intentar transportar 22 kilos de cocaína a Noruega. La historia cuenta cómo, pese a estar en la cárcel, una de ellas quedó embarazada, dos huyeron del país y cómo los medios se vieron involucrados. Una revista noruega para adultos incluso pagó para enviar a mercenarios y rescatar a una de las detenidas.
Las tres jóvenes fueron sometidas a juicio y estuvieron originalmente en la cárcel de mujeres de Cochabamba. Luego Oygarden y Hagen escaparon a Noruega en 2010 y 2011, respectivamente, aprovechando su libertad condicional; solo Rodríguez permanece cumpliendo su condena hasta hoy. Un tribunal noruego analizó sus declaraciones, que se contradecían entre sí; y al final queda la sensación de que no todas son tratadas con la misma vara.
Posteriormente fueron descubiertos otros involucrados en el caso, que conforman un supuesto cártel narco entre Bolivia y Noruega: Roland Skar, Oskar Jensen y Christopher Brorson. Los tres, junto a Oygarden y Hagen, se sometieron a juicio en Noruega por intentar introducir droga. El fallo es el epílogo del filme.
Su directora, que nació en Cochabamba, pero que tiene también nacionalidad australiana, ha vivido buena parte de su vida en EEUU, Europa y Australia. Es conocida por "Stolen", un largometraje estrenado en 2009 que descubrió la esclavitud en los campos de refugiados de Argelia y Sáhara Occidental y que ganó 15 premios internacionales. Ayala, que también es periodista, fue alumna del instituto Film Independent y becada del Instituto de Cine Tribeca y Sundance. Ganó el premio británico de periodismo documental Bertha Britdoc en 2013.
“The Bolivian case” tuvo su estreno internacional en abril pasado en el festival Hot Docs, de Canadá, con muy buena recepción de la crítica. Fue coproducida por Señal Colombia, NRK de Noruega, Screen Australia, y está desarrollada por NFI de Noruega y Puma Britdoc de Inglaterra.
El documental compite en representación de Bolivia como preseleccionada en la categoría mejor documental de los Premios Fénix, que reconoce a directores de América Latina, España y Portugal. “Empezamos a filmar en abril de 2011 en Cochabamba y filmamos por última vez en mayo de 2014. El período más intenso fue entre agosto de 2011 y septiembre de 2012, cuando viajamos seis veces entre Noruega y Bolivia”, dijo Ayala.
jueves, 3 de septiembre de 2015
Abraham Attah, un niño que impresiona en la Mostra de Venecia
Tras su éxito con la serie "True Detective", mucho se esperaba de Cary Fukunaga, pero "Beasts of No Nation", presentada este jueves en Venecia, se queda lejos en emoción en una historia terrible de niños soldados en la que, sin embargo, destaca una tremenda interpretación del niño Abraham Attah.
Fukunaga, que compite por el León de Oro de la Mostra con esta película, se graduó en ciencias políticas en la universidad y siempre ha estado interesado en la geopolítica.
Y en los años noventa estudió los problemas con los recursos naturales en los países africanos, tema sobre el que escribió un proyecto que le permitió entrar en la Universidad de Nueva York para estudiar cine.
"Pero fue en 2005 cuando un amigo me dio el libro ('Beast of No Nations') y supe que era la historia que quería hacer y usé toda la investigación que había realizado sobre este tema en la película", explicó Fukunaga en rueda de prensa.
Una película que muestra con crudeza el entrenamiento de un niño soldado en un país indeterminado de África, una situación muy compleja alimentada por los conflictos por los recursos y la religión.
Sin embargo, en la historia el realizador trató de evitar, en lo posible, el uso de la religión.
"La similitudes entre el Estado Islámico y Boko Haram u otro tipos de fuerzas de combate son muy comunes, todos trabajan sobre la psicología humana" y con el entrenamiento de armas, la propaganda y el adoctrinamiento espiritual.
Pero Fukunaga no vio necesario que el grupo en el que es enrolado el niño "estuviera ligado a ninguna versión del cristianismo o el islamismo".
Ubicada en cualquier país de África, Fukugama se acerca primero con ligereza y luego con profundidad, pero nunca con emoción, al drama de un niño de once años que pierde a su familia y que pasa de una infancia compleja, pero feliz, a una cruenta guerra civil que enfrenta a tantas facciones que es imposible saber quién es quién.
Una película que comienza con Agu (Attah) y sus amigos tratando de conseguir dinero vendiendo una televisión imaginaria y que pronto pasa al horrible drama en que se convierte su vida, que depende de ser capaz de matar a otros y de obedecer a un líder guerrillero abusador (igualmente destacable Idris Elba).
Gran parte de la película muestra el proceso de adaptación del niño a su nuevo ambiente, sin ahorrar en escenas espeluznantes, pero Fukunaga se recrea en exceso, con algunas preciosas escenas y maravillosos juegos de color, que sin embargo lastran la narración.
La segunda parte de la película, cuando la historia va degenerando cada vez más, tiene mucho más ritmo y permite el lucimiento de Idris Elba -también productor del filme- y de Abraham Atta, cuya imagen estremece desde la primera a la última escena.
Fukunaga vio vídeos de unos 100 niños y entrevistó personalmente a 50 para dar con el actor adecuado, que encontró en este pequeño ghanés, que aparenta menos de los 14 años que tiene y que se mostró muy tímido pero sonriente en la rueda de prensa.
"Estaba en el colegio jugando al fútbol y vino un hombre y dijo que buscaba a un niño para una película. Fui a la audición y me eligieron", explicó con sencillez.
Una película que, en palabras del director, es "un viaje emocional" del que los espectadores deben sacar "su propia visión".
Aunque reconoció que cada vez es más difícil que la gente vaya al cine si no hay un enorme espectáculo o grandes nombres detrás. "Está fuera de control. Estamos en un momento muy democrático para la asistencia al cine", dijo con humor.
Mucho menos del que tiene una película con precisos encuadres, imágenes sobrecogedoras y una dramática historia, elementos insuficientes para una narración en la Fukunaga toma demasiada distancia, lo que redunda en una frialdad excesiva para un filme que recibió tímidos aplausos en su primera proyección en Venecia.
En el FICViña 2015 Documental boliviano en Festival Internacional de Viña
El boliviano Ariel Soto, ganador del fondo Doctv Latinoamérica IV, con el documental "Quinuera", el cual fue presentando por 16 canales públicos en Latinoamérica, presentará el primer corte del documental "Dias de Circo", seleccionado a la sección "Work in progress del Doculab 2" del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar (FICViña) en su vigesimoséptima versión, en el cual también participan proyectos seleccionados de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
La intervención del boliviano será hoy y mañana en el vecino país, en el cual un jurado internacional seleccionará al proyecto ganador que será premiado con la post producción del documental.
Soto es director y guionista. Realizó estudios de Cinema en el CC de San Francisco, después de emigrar a California el año 2006. Waqayñan, su primer documental fue seleccionado en más de 15 festivales de cine y recibió varios premios, entre ellos el premio Eduardo Abaroa al mejor documental boliviano (2013). Su trabajo ha sido seleccionado en varios programas de cine en Latinoamérica: DOCandino Pitch, BoliviaLab y DOCBsAs, donde su más reciente trabajo en pre producción En Tierra de Nadie recibió tutoría por parte del Sundance Institute. Este proyecto recibió ayuda del Fondo Ibermedia y actualmente trabaja en una coproducción con Venezuela. En el 2013 fue seleccionado al DocuLAB.5, Guadalajara, junto a otros cineastas emergentes de Latinoamérica. El mismo año asistió al Taller Desarrollo de Proyectos en La Habana, Cuba, organizado por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, como ganador del Fondo Doctv IV por Bolivia con Quinuera, el cual fue difundido a través de una red de 22 canales públicos de la región. Vive y trabaja en Cochabamba, Bolivia, donde es responsable de la productora independiente Rodante Films".
La intervención del boliviano será hoy y mañana en el vecino país, en el cual un jurado internacional seleccionará al proyecto ganador que será premiado con la post producción del documental.
Soto es director y guionista. Realizó estudios de Cinema en el CC de San Francisco, después de emigrar a California el año 2006. Waqayñan, su primer documental fue seleccionado en más de 15 festivales de cine y recibió varios premios, entre ellos el premio Eduardo Abaroa al mejor documental boliviano (2013). Su trabajo ha sido seleccionado en varios programas de cine en Latinoamérica: DOCandino Pitch, BoliviaLab y DOCBsAs, donde su más reciente trabajo en pre producción En Tierra de Nadie recibió tutoría por parte del Sundance Institute. Este proyecto recibió ayuda del Fondo Ibermedia y actualmente trabaja en una coproducción con Venezuela. En el 2013 fue seleccionado al DocuLAB.5, Guadalajara, junto a otros cineastas emergentes de Latinoamérica. El mismo año asistió al Taller Desarrollo de Proyectos en La Habana, Cuba, organizado por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, como ganador del Fondo Doctv IV por Bolivia con Quinuera, el cual fue difundido a través de una red de 22 canales públicos de la región. Vive y trabaja en Cochabamba, Bolivia, donde es responsable de la productora independiente Rodante Films".
200 películas se proyectarán en esta cita audiovisual Bolivia Brillará en cita de video
Se presentarán cinco filmes bolivianos. El corto “Plato paceño” en concurso y Marcos Loayza será uno de los jurados internacionales.
La cinematografía boliviana será el centro de atención en el Vigésimo Segundo Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales que se realizará del 4 al 15 de septiembre en Rosario, Santa Fe (Argentina).
Desde hace cinco años, este encuentro homenajea a un país, en esta ocasión, las luces destellarán sobre la producción boliviana. Este logro fue realizado por las acciones del Consejo Nacional del Cine de Bolivia (Conacine). El propósito de homenajear a un país, —dicen los organizadores argentinos— es para que se aprecie en el festival la producción boliviana, con una selección de filmes clásicos y contemporáneos.
Bajo esa óptica figura en la lista: La Nación Clandestina y Ukamau (Así es) de Jorge Sanjinés, Norte Estrecho, de Omar Villarroel; Olvidados, de Carlos Bolado; Eco de Humo, de Juan Álvarez Durán y Cuestión de Fe de Marcos Loayza, quien además será uno de los jurados internacionales. Estas realizaciones serán exhibidas el 5, 8, 9, 10 y 11 de septiembre.
CONCURSO
La delegación boliviana participará en la categoría cortometraje con “Plato Paceño”, del realizador Carlos Piñeiro, que se medirá con filmes como La Gallina Clueca, Hilda, Una de esas Noches, Aquí no Pasa Nada y María Elena. Los concursantes vienen de Brasil, Cuba, Chile y Perú. El corto boliviano busca un nuevo lauro, tras obtener en mayo de 2015 el primer lugar en el Festival Latinoamericano de Cine de Tigre en Buenos Aires. Antes (2013) ganó el Premio Nacional Eduardo Avaroa.
FESTIVAL.
Este encuentro audiovisual nació en 1983 y presenta tres categorías de competencia: oficial, realizaciones rosarinas y escuelas de realización audiovisual. El certamen contará con más de ciento cincuenta proyecciones fuera de competencia: películas premiadas en otros festivales de cine, estrenos nacionales e internacionales, cine de género fantástico y terror, documentales de autor, muestras internacionales, la sección La Memoria en su Sitio y la Vigésima Quinta Muestra de Cine Infantil y Juvenil. El cineasta chileno Miguel Littin, será homenajeado.
La cinematografía boliviana será el centro de atención en el Vigésimo Segundo Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales que se realizará del 4 al 15 de septiembre en Rosario, Santa Fe (Argentina).
Desde hace cinco años, este encuentro homenajea a un país, en esta ocasión, las luces destellarán sobre la producción boliviana. Este logro fue realizado por las acciones del Consejo Nacional del Cine de Bolivia (Conacine). El propósito de homenajear a un país, —dicen los organizadores argentinos— es para que se aprecie en el festival la producción boliviana, con una selección de filmes clásicos y contemporáneos.
Bajo esa óptica figura en la lista: La Nación Clandestina y Ukamau (Así es) de Jorge Sanjinés, Norte Estrecho, de Omar Villarroel; Olvidados, de Carlos Bolado; Eco de Humo, de Juan Álvarez Durán y Cuestión de Fe de Marcos Loayza, quien además será uno de los jurados internacionales. Estas realizaciones serán exhibidas el 5, 8, 9, 10 y 11 de septiembre.
CONCURSO
La delegación boliviana participará en la categoría cortometraje con “Plato Paceño”, del realizador Carlos Piñeiro, que se medirá con filmes como La Gallina Clueca, Hilda, Una de esas Noches, Aquí no Pasa Nada y María Elena. Los concursantes vienen de Brasil, Cuba, Chile y Perú. El corto boliviano busca un nuevo lauro, tras obtener en mayo de 2015 el primer lugar en el Festival Latinoamericano de Cine de Tigre en Buenos Aires. Antes (2013) ganó el Premio Nacional Eduardo Avaroa.
FESTIVAL.
Este encuentro audiovisual nació en 1983 y presenta tres categorías de competencia: oficial, realizaciones rosarinas y escuelas de realización audiovisual. El certamen contará con más de ciento cincuenta proyecciones fuera de competencia: películas premiadas en otros festivales de cine, estrenos nacionales e internacionales, cine de género fantástico y terror, documentales de autor, muestras internacionales, la sección La Memoria en su Sitio y la Vigésima Quinta Muestra de Cine Infantil y Juvenil. El cineasta chileno Miguel Littin, será homenajeado.
miércoles, 2 de septiembre de 2015
"Everest" un filme "íntimo" para abrir la Mostra de Venecia
"Everest" abrió hoy la 72 Mostra de Venecia con una historia real, una lucha entre los seres humanos y la naturaleza, llena de caras conocidas -Jake Gyllenhaal, Jason Clarke, Josh Brolin o Keira Knightley- en la que su director, Baltasar Kormákur ha buscado lo íntimo dentro del espectáculo.
"Quería hacer un filme íntimo, como una película 'indie', pero espectacular como un 'blockbuster' (éxito de taquilla)", explicó el islandés Kormákur en la rueda de prensa de presentación de una película que fue recibida con tanta frialdad como la que muestra en la pantalla.
"Everest", rodada en 3D, cuenta una tragedia que ocurrió en 1996 durante los días en que las escaladas de turistas se apelotonaban en las subidas a la montaña más alta de la tierra, con 8.848 metros.
Un desafío que muchos se toman como un deporte, otros tantos como una aventura y algunos como un negocio, tal y como relata una película que ha tratado de ceñirse a los hechos sin renunciar, por ello, al espectáculo.
Sin embargo, la altura impidió al equipo rodar gran parte de la película, como tenían previsto, en los escenarios reales ya que solo pudieron aguantar un tiempo en el campamento base (a unos 5.500 metros de altitud), pero más arriba era imposible desarrollar un rodaje normal.
"El rodaje empezó en Nepal, en Katmandú, en los lugares en los que empezaron en la realidad los hechos (...). Fuimos hasta el campamento base con helicópteros y eso fue lo máximo que pudimos llegar en los escenarios reales. Después empezaron a ponerse malos miembros del equipo que tuvieron que ser evacuados".
El equipo se trasladó entonces a los Dolomitas (en la frontera entre Austria e Italia) y rodaron otra gran parte en los estudios británicos de Pinewood, pero usando imágenes reales de la montaña que se pudieron grabar sin los actores.
"Quería que los actores interactuaran con la naturaleza, que fueran lo más realistas posibles" y de ahí la necesidad de que estuvieran, en lo posible, en los escenarios reales. "Se lo hice pasar mal, pero nos los puse en peligro", precisó Kormákur.
"Hubiera sido impensable hacer esta película sin ir allí", a los lugares en los que se desarrolló la tragedia, explicó Clarke, protagonista de la historia.
Clarke interpreta al neozelandés Rob Hall, responsable del ascenso de un grupo de turistas -desde un cartero a un periodista o una experta escaladora japonesa- que habían contratado la escalada con su compañía y que murió tras ayudar a uno de ellos a llegar a la cima pese al brutal empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Los actores intentaron saber todo lo posible de los personajes que interpretan y Clarke incluso se fue a escalar a Nueva Zelanda con Jan Arnold, la viuda de Hall, papel que realiza Knightley.
Para Josh Brolin, al final fue una "experiencia de aislamiento" puesto que para cada uno fue un drama de una forma diferente. Su personaje, Beck Weathers, es un texano que solo se siente feliz en la montaña pero que no está preparado para realizar una ascensión tan dura como la del Everest.
"Era una responsabilidad muy grande, demasiado incluso" el interpretar a una persona que existe.
Pero, agregó Brolin, "tienes que dejar la responsabilidad a un lado y esperar que se vea el respeto con que lo has hecho".
Para Gyllenhaal también fue complicado dar vida a una persona real, especialmente por que sus hijos le llamaron para expresarle su preocupación por cómo su padre quedaría reflejado en la pantalla.
"Me senté con ellos para saber quién era su padre para ellos y para sentirle a través de ellos. De esa forma pude encontrar la energía necesaria para el personaje", explicó.
Y Emily Watson aseguró que interpretar a personas reales es lo que realmente le gusta de su trabajo como actriz. "Contamos lo que pasó, sin falsearlo", aseguró la actriz británica en una rueda de prensa en la que estaba presentes algunos de los protagonistas reales de la historia.
"He intentado ser lo más fiel y realista posible" pero sin renunciar a contar una historia cinematográfica, agregó Kormákur.
El resultado es una película que se centra en las tragedias humanas y que en la parte del espectáculo se ve lastrada por el rodaje en estudios y en escenarios no reales, con planos cerrados que impiden ver el fondo y en la que hay solo unos cuantos planos, aéreos, que muestra la grandiosidad del paisaje.
"Quería hacer un filme íntimo, como una película 'indie', pero espectacular como un 'blockbuster' (éxito de taquilla)", explicó el islandés Kormákur en la rueda de prensa de presentación de una película que fue recibida con tanta frialdad como la que muestra en la pantalla.
"Everest", rodada en 3D, cuenta una tragedia que ocurrió en 1996 durante los días en que las escaladas de turistas se apelotonaban en las subidas a la montaña más alta de la tierra, con 8.848 metros.
Un desafío que muchos se toman como un deporte, otros tantos como una aventura y algunos como un negocio, tal y como relata una película que ha tratado de ceñirse a los hechos sin renunciar, por ello, al espectáculo.
Sin embargo, la altura impidió al equipo rodar gran parte de la película, como tenían previsto, en los escenarios reales ya que solo pudieron aguantar un tiempo en el campamento base (a unos 5.500 metros de altitud), pero más arriba era imposible desarrollar un rodaje normal.
"El rodaje empezó en Nepal, en Katmandú, en los lugares en los que empezaron en la realidad los hechos (...). Fuimos hasta el campamento base con helicópteros y eso fue lo máximo que pudimos llegar en los escenarios reales. Después empezaron a ponerse malos miembros del equipo que tuvieron que ser evacuados".
El equipo se trasladó entonces a los Dolomitas (en la frontera entre Austria e Italia) y rodaron otra gran parte en los estudios británicos de Pinewood, pero usando imágenes reales de la montaña que se pudieron grabar sin los actores.
"Quería que los actores interactuaran con la naturaleza, que fueran lo más realistas posibles" y de ahí la necesidad de que estuvieran, en lo posible, en los escenarios reales. "Se lo hice pasar mal, pero nos los puse en peligro", precisó Kormákur.
"Hubiera sido impensable hacer esta película sin ir allí", a los lugares en los que se desarrolló la tragedia, explicó Clarke, protagonista de la historia.
Clarke interpreta al neozelandés Rob Hall, responsable del ascenso de un grupo de turistas -desde un cartero a un periodista o una experta escaladora japonesa- que habían contratado la escalada con su compañía y que murió tras ayudar a uno de ellos a llegar a la cima pese al brutal empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Los actores intentaron saber todo lo posible de los personajes que interpretan y Clarke incluso se fue a escalar a Nueva Zelanda con Jan Arnold, la viuda de Hall, papel que realiza Knightley.
Para Josh Brolin, al final fue una "experiencia de aislamiento" puesto que para cada uno fue un drama de una forma diferente. Su personaje, Beck Weathers, es un texano que solo se siente feliz en la montaña pero que no está preparado para realizar una ascensión tan dura como la del Everest.
"Era una responsabilidad muy grande, demasiado incluso" el interpretar a una persona que existe.
Pero, agregó Brolin, "tienes que dejar la responsabilidad a un lado y esperar que se vea el respeto con que lo has hecho".
Para Gyllenhaal también fue complicado dar vida a una persona real, especialmente por que sus hijos le llamaron para expresarle su preocupación por cómo su padre quedaría reflejado en la pantalla.
"Me senté con ellos para saber quién era su padre para ellos y para sentirle a través de ellos. De esa forma pude encontrar la energía necesaria para el personaje", explicó.
Y Emily Watson aseguró que interpretar a personas reales es lo que realmente le gusta de su trabajo como actriz. "Contamos lo que pasó, sin falsearlo", aseguró la actriz británica en una rueda de prensa en la que estaba presentes algunos de los protagonistas reales de la historia.
"He intentado ser lo más fiel y realista posible" pero sin renunciar a contar una historia cinematográfica, agregó Kormákur.
El resultado es una película que se centra en las tragedias humanas y que en la parte del espectáculo se ve lastrada por el rodaje en estudios y en escenarios no reales, con planos cerrados que impiden ver el fondo y en la que hay solo unos cuantos planos, aéreos, que muestra la grandiosidad del paisaje.
Actores reconocidos por el Oscar honorífico
El director Spike Lee (foto) y las actrices Gena Rowlands y Debbie Reynolds serán reconocidos por su legado cinematográfico, informaron los organizadores de los Premios Oscar.
Lee y Rowlands recibirán un Oscar honorífico, mientras que a Reynolds se le otorgará el premio humanitario Jean Hersholt de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
“Estamos celebrando sus logros sabiendo que el trabajo que hicieron, con pasión, dedicación y un deseo tener una influencia positiva también enriquecerá a generaciones futuras”, dijo la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, en un comunicado.
El homenaje se llevará a cabo durante una ceremonia anual de la Academia el próximo 14 de noviembre.
Lee, de 58 años, destacó entre directores independientes por películas como Haz lo que debas de 1989 y la biografía Malcolm X de 1992. Fue dos veces candidato al Oscar, una de ellas por mejor documental por 4 pequeñas niñas de 1997.
El director es también un activista de la comunidad negra y con frecuencia explora las relaciones entre las razas en sus películas.
Rowlands, de 85 años, tiene una carrera de casi siete décadas con 40 películas como Una mujer bajo la influencia de 1974, y Gloria de 1980, ambas dirigidas por su esposo John Cassavetes, y por las que fue candidata al Oscar.
Reynolds, de 83 años y quien alcanzó la fama con su papel protagónico en la película de 1952 Cantando bajo la lluvia, se ha dedicado a tareas benéficas para generar conciencia sobre las enfermedades mentales.
Fue nominada al Oscar por la película de 1964 The Unsinkable Molly Brown.
Lee y Rowlands recibirán un Oscar honorífico, mientras que a Reynolds se le otorgará el premio humanitario Jean Hersholt de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
“Estamos celebrando sus logros sabiendo que el trabajo que hicieron, con pasión, dedicación y un deseo tener una influencia positiva también enriquecerá a generaciones futuras”, dijo la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, en un comunicado.
El homenaje se llevará a cabo durante una ceremonia anual de la Academia el próximo 14 de noviembre.
Lee, de 58 años, destacó entre directores independientes por películas como Haz lo que debas de 1989 y la biografía Malcolm X de 1992. Fue dos veces candidato al Oscar, una de ellas por mejor documental por 4 pequeñas niñas de 1997.
El director es también un activista de la comunidad negra y con frecuencia explora las relaciones entre las razas en sus películas.
Rowlands, de 85 años, tiene una carrera de casi siete décadas con 40 películas como Una mujer bajo la influencia de 1974, y Gloria de 1980, ambas dirigidas por su esposo John Cassavetes, y por las que fue candidata al Oscar.
Reynolds, de 83 años y quien alcanzó la fama con su papel protagónico en la película de 1952 Cantando bajo la lluvia, se ha dedicado a tareas benéficas para generar conciencia sobre las enfermedades mentales.
Fue nominada al Oscar por la película de 1964 The Unsinkable Molly Brown.
Bolivia formará parte del 22º Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales Rosario 2015
Seis películas y un jurado boliviano formarán parte del 22º Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales Rosario 2015 que se realizará desde el viernes 4 de septiembre en la ciudad de Rosario - Argentina.
"Las 6 películas bolivianas a ser proyectadas son: Cuestión de Fe del director Marcos Loayza; Ukamau y La Nación Clandestina de Jorge Sanjinés, Norte Estrecho de Omar Villarroel, Olvidados de Carlos Bolado y Eco de Humo de Juan Álvarez Durán; además del cortometraje Plato Paceño, de Carlos Piñeiro, que participará del concurso oficial." remarca un comunicado del Consulado de Bolivia en Rosario-Argentina.
Según el documento, el festival está organizado por el Centro Audiovisual Rosario (CAR), dependiente de la Municipalidad de Rosario, donde como parte del jurado estará Marcos Loayza.
"El director boliviano Marcos Loayza será Jurado de este evento en el que se presentarán unas 200 películas de todo el Continente."
Las películas bolivianas serán exhibidas los días 5, 8, 9, 10 y 11 de septiembre.
"Las 6 películas bolivianas a ser proyectadas son: Cuestión de Fe del director Marcos Loayza; Ukamau y La Nación Clandestina de Jorge Sanjinés, Norte Estrecho de Omar Villarroel, Olvidados de Carlos Bolado y Eco de Humo de Juan Álvarez Durán; además del cortometraje Plato Paceño, de Carlos Piñeiro, que participará del concurso oficial." remarca un comunicado del Consulado de Bolivia en Rosario-Argentina.
Según el documento, el festival está organizado por el Centro Audiovisual Rosario (CAR), dependiente de la Municipalidad de Rosario, donde como parte del jurado estará Marcos Loayza.
"El director boliviano Marcos Loayza será Jurado de este evento en el que se presentarán unas 200 películas de todo el Continente."
Las películas bolivianas serán exhibidas los días 5, 8, 9, 10 y 11 de septiembre.
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