La primera edición de los Premios Platino del Cine Iberoamericano se celebra el próximo sábado con un sueño en mente: romper barreras entre los 22 países que participan en la convocatoria -entre ellos Bolivia- y lograr mejorar la distribución del cine autóctono.
Éxitos recientes como la chilena "Gloria", vencedora en la Berlinale, o la mexicana "Heli", premiada en Cannes, demuestran que, en el terreno de los festivales, el cine iberoamericano se ha hecho su hueco, pero el reto sigue siendo las salas de cine.
"El problema es que las salas están copadas por los estrenos norteamericanos", señaló Miguel Ángel Bernal, director de los Platino, promovidos por los productores audiovisuales de ambos lados del Atlántico. "Nuestra política no es ir en contra de ese cine, ni mucho menos, sino encontrar el nicho que el iberoamericano tiene que tener, ganar cuota de mercado", añade.
Siete cintas competirán el 5 abril en Panamá por el reconocimiento a la mejor película iberoamericana.
Además de las citadas "Gloria", de Sebastián Lelio, y "Heli", de Amat Escalante, entre las finalistas figuran las españolas "Vivir es fácil con los ojos cerrados", de David Trueba y "Las Brujas de Zugarramurdi", de Alex de la Iglesia.
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