A lo largo de 2013, los 22 países hispanohablantes de América Latina más España, Brasil y Portugal estrenaron poco más de 700 largometrajes de ficción y documentales. De todos ellos, en salas comerciales de Bolivia se han exhibido menos de tres títulos, con la obvia excepción de la quincena de estrenos nacionales.
Con matices, éste es el contexto en el que se desenvuelve la distribución, exhibición y consumo del cine en todos los países iberoamericanos con producción cinematográfica propia: una mínima capacidad para acceder legalmente a los grandes públicos de la región, tanto dentro como fuera de sus países. Y es para hacer frente a este contexto adverso que han sido creados los Premios Platino del Cine Iberoamericano, cuya primera gala se celebró el 5 de abril pasado en la ciudad de Panamá.
OBJETIVOS
A decir del presidente ejecutivo de los Premios Platino, el español Enrique Cerezo, de los 700 títulos estrenados en los 22 países iberoamericanos, un 95 por ciento no se conoce ni siquiera en sus países de origen y menos aún en otros.
Asumida la magnitud de este problema, Cerezo reconoce que los Platino no están en condiciones de resolverlo por completo, pero sí de darle pelea y revertirlo en alguna medida.
Así pues, con su puesta en marcha, los organizadores de los premios esperan que películas iberoamericanas de gran calidad, que normalmente tienen limitadas posibilidades de exhibición fuera de sus países o que pasan sin pena ni gloria por las carteleras, sean vistas y valoradas como se merecen por el público de los 22 países de Iberoamérica.
“Como todo premio, éste dará muchas alegrías y satisfacciones a quienes lo reciban; pero, para nosotros, la gran alegría será que las películas iberoamericanas tengan mejor distribución, mejor exhibición y mejores ventas a televisión”, dice Cerezo, también conocido en España por ser Presidente del club de fútbol Atlético de Madrid. “Con estos premios se van a conocer muchísimas más películas de cada país de Iberoamérica”, remata.
El productor español considera que los premios ofrecerán también una alternativa a los espectadores acostumbrados a acceder al cine hecho en Iberoamérica solo a través de la piratería.
“La piratería es un mal de nuestro tiempo y ha llegado a unos niveles altísimos”, afirma, a tiempo de considerar que, más allá de los esfuerzos -como los Platino- para facilitar el acceso legal al cine minoritario, corresponde a los Gobiernos encarar una lucha más efectiva contra este fenómeno. “El que quiera ver una película que la pague, porque la cultura no puede ser gratis, menos la cultura cinematográfica, que cuesta mucho trabajo y mucho dinero”, asegura.
A estos objetivos propios de los organizadores se suman los de los cineastas y artistas que fueron reconocidos por los Platino. Así, por ejemplo, la actriz chilena Paulina García, ganadora de la estatuilla a Mejor Actriz por su papel en el filme “Gloria”, considera que los Premios Platino permiten homenajear a la lengua española y la cultura de los países que la comparten.
Así también cree que es útil para “traficar nuestro trabajo, intercambiar nuestras producciones, colaborar entre profesionales de diferentes países y así cruzar fronteras”.
RETOS
Habiéndose ya superado el desafío de la primera edición de los premios, los cineastas creen que ahora corresponde fortalecer los Platino y garantizarles una larga vida.
El realizador español David Trueba, director del filme “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, nominado a Mejor Película Iberoamericana de Ficción, considera que los Premios Platino saldrán fortalecidos de su primera experiencia si sus organizadores son rigurosos con su trabajo.
Asimismo, Trueba afirma que, más allá de la comparación promocional con los Óscar, los organizadores de los Platino deberían ser conscientes de las especificidades que distinguen al cine iberoamericano frente al de Hollywood.
“Los Premios Platino no pueden ser solo una exhibición de belleza o de musculatura, sino también una exhibición de nuestro cine”, apunta.
Por su lado, el boliviano Carlos Mesa, quien fue jurado de los premios, advierte que el futuro de los premios dependerá de la capacidad que tengan para incidir en la exhibición y éxito comercial de los filmes nominados y galardonados en los países de Iberoamérica.
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