domingo, 13 de abril de 2014

CARLOS MESA Y MELA MáRQUEZ EVALúAN LA PARTICIPACIóN DEL CINE NACIONAL EN LOS PREMIOS PLATINO 2014

La participación del cine boliviano en la ceremonia de premiación de los Premios Platino se redujo a una coproducción boliviano-colombiana, que fue nominada a Mejor Película Documental.

“La eterna noche de las doce lunas”, dirigida por la colombiana Priscilla Padilla, es el documental que resultó finalista en su categoría, pero que en la gala del pasado 5 de abril en Panamá perdió la estatuilla ante la producción española “Con la pata quebrada”, de Diego Galán.

A más de esta derrota, lo cierto es que Bolivia tuvo una reducida presencia en la primera edición de los Platino, que es atribuida a la insuficiente cantidad y calidad de los estrenos bolivianos de 2013.

En este criterio coinciden el historiador y fundador de la Cinemateca Boliviana Carlos Mesa y la directora actual de la Cinemateca y presidenta de la Asociación de Cineastas de Bolivia (Asocine), Mela Márquez, quienes hicieron parte de la delegación nacional para los Premios Platino.

El expresidente Mesa asistió a la gala de Panamá en calidad de jurado en la categoría de documentales, mientras que Márquez participó como vocal de la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA), una de las entidades organizadoras de los Platino.

PRODUCCIÓN

De las 701 cintas estrenadas comercialmente en los 22 países de Iberoamérica, Bolivia acreditó 14 (12 ficciones y dos documentales) que reunían los requisitos para la postulación a los Premios Platino. Al momento de proponer sus precandidatas, eligió cuatro: tres ficciones y un documental. Y adicionalmente, Colombia propuso a la coproducción “La eterna noche de las doce lunas”. Sin embargo, en la selección de las nominadas finales para las 10 categorías de los premios solo ingresó la coproducción boliviano-colombiana.

De las cuatro originalmente propuestas por Bolivia, Mesa considera que “Yvy Maraey”, de Juan Carlos Valdivia, reunía las condiciones necesarias para ser finalista de algunos de los principales Premios Platino. Como mínimo, pudo hacerse un espacio en las categorías de Mejor Música Original (Cergio Prudencio), Mejor Actor (Elio Ortiz) y Mejor Guión (Valdivia), precisa.

Márquez considera que “Yvy Maraey” fue, en efecto, la apuesta más fuerte del país, por tener las características técnicas y artísticas para competir con cualquier cinematografía en el mundo.

Sin embargo, Mesa reconoce que, más allá de este parecer, debe tenerse en cuenta que el nivel de producción cinematográfica de Bolivia es limitado, en términos de cantidad y, sobre todo, de calidad. “Yvy Maraey’ lamentablemente es una excepción y no una regla”, apunta.

En esta misma línea de análisis, la directora de la Cinemateca asegura que Bolivia vive uno de los momentos más críticos de su historia cinematográfica “y no por el número de obras que se producen, sino por la baja calidad técnico-artística de las mismas, y esto sería materia de largo análisis”.

Asumidos estos problemas, de cara a las siguientes versiones de los Platino, el cine boliviano debería aspirar a realizar producciones de mayor calidad técnica y narrativa que la que actualmente tiene la mayor parte de los filmes estrenados en sala, en especial los de perfil más comercial, opina Mesa.

“Tenemos que mejorar la calidad de producción”, asegura, a tiempo de precisar que “no está en discusión que el cine de calidad sea exclusivamente intelectual o cine-arte, sino que se puede hacer buen cine comercial y para el gran público en Bolivia”.

Mesa considera que conviene también trabajar de mejor manera en materia de marketing para asegurar una mayor presencia de los filmes bolivianos en venideras ediciones de los Premios Platino.

DOCUMENTAL

De “La eterna noche de las doce lunas”, el expresidente resalta particularmente su fotografía, a cargo de la boliviana Daniela Cajías. “Me parecía potencialmente ganadora”, afirma.

No obstante, Márquez ve por conveniente precisar que la buena recepción que ha tenido el citado documental no debería hacer perder de vista que “la presencia de la cinematografía boliviana en la gala del 5 de abril en Panamá fue casi inexistente”.

“Si bien tiene participación boliviana y fue coproducida por una productora nacional (Banda Imagen de Ramiro Fierro y Carina Oroza) y cuenta con la fotografía de Daniela Cajías, el productor mayoritario de “La eterna noche de las doce lunas” fue Colombia, país donde fue estrenado”, puntualiza.˚


No hay comentarios:

Publicar un comentario