martes, 17 de mayo de 2016

La oferta del festival de Cannes se llenó de vampiros y caníbales

El rojo es la tendencia este año en el Festival de Cannes y no sólo en la escalinata del Palacio de Festivales. Varias películas de vampiros y caníbales traen sangre nueva a un género que se remonta a los orígenes del cine.

Los organizadores de la cita mundial del séptimo arte lo anticiparon desde el anuncio de la selección oficial: los bebedores de sangre y los antropófagos estarían en el menú de esta edición 69 del festival. Y, efectivamente, son los protagonistas de media docena de largometrajes, repartidos en diferentes secciones, como Neon Demon, del danés Nicolas Winding Refn (en competición por la Palma de Oro), Transfiguration del estadounidense Michael O’Shea (en la sección oficial Una cierta mirada) o Grave de la francesa Julia Ducournau (en la sección paralela Semana de la crítica).

"Cannes parece interesarse en los últimos años en el cine de terror, sin duda porque este género atrae a directores de prestigio, como Jim Jarmusch”, dijo Jean Marigny, autor del libro Vampiros: de la leyenda al mito moderno.

Jarmusch, que compite este año con Paterson, estuvo hace tres años en Cannes con Sólo los amantes sobreviven, un filme sobre vampiros con un ambiente sonoro y visual sofisticado.

Las películas de vampiros y caníbales, que aparecieron alrededor de la década de los años 20, no corrieron todos con la misma suerte. Algunas marcaron la historia del cine, como Nosferatu de Murnau en 1922, Drácula, interpretado por Christopher Lee en los años 50, La danza de los vampiros de Roman Polanski en 1967, Drácula de F. F. Coppola (1992) o Entrevista con el vampiro de Neil Jordan (1994).

"Es un cine que durante mucho tiempo fue considerado como de baja categoría, con medios limitados y actores poco conocidos”, matiza Jean Marigny. "La filmografía sobre vampiros es la más completa. El canibalismo tuvo su apogeo en Italia en los años 70 y 80 con películas a menudo de mala calidad”, agrega.

Festival de incisivos

Este género pasó una nueva etapa en los años 2000 con Crepúsculo, una saga fantástica inspirada en los libros de Stephenie Meyer, que sedujo a un público adolescente. "En Crepúsculo se humaniza al vampiro, lo retratan como a un personaje romántico para conquistar al público más joven, pierde su lado cruel”, subraya Estelle Valls de Gomis, autora de Vampiro: una investigación alrededor del mito.

Transfiguration de Michael O’Shea trae a Cannes vampiros realistas y contemporáneos. Su personaje principal es un joven negro huérfano que vive su apetito por la sangre como una enfermedad. El festival de incisivos continuará esta semana con el muy esperado Neon Demon de Nicolas Winding Refn, que será presentado el viernes en competición por la Palma de Oro. Luego de Sólo Dios perdona en Cannes en 2013, el danés propone una historia sangrienta sobre top-models, donde la heroína (Elle Fanning) descubre el placer que procura la carne, en todos los sentidos de la palabra.

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