El cineasta Pablo Larraín presentó el viernes en Cannes Neruda, una comedia negra en la que desmitifica al poeta chileno, ofreciendo al público un lado más oscuro y complejo de esta gran leyenda sudamericana de la literatura.
En el filme, un "falso biopic” con una gran cuota de ficción, que podría disgustar a los más puristas, descubrimos al hombre detrás del poeta, imaginado por Larraín: un mujeriego que frecuenta burdeles, un militante comunista lleno de contradicciones y un escritor con un ego desmesurado que busca asegurar su posteridad.
"Tratamos de humanizarlo porque de lo contrario esta película sería un homenaje, y eso ya se ha hecho millones de veces”, explicó Larraín en Cannes, donde su filme, seleccionado en la sección Quincena de Realizadores, fue aplaudido vigorosamente.
Pablo Larraín es consciente de que es imposible hacer entrar a un personaje como Pablo Neruda, un artista de una gran complejidad, en una casilla bien definida que resuma su personalidad y obra.
El cineasta, que afirma "haber inventado un mundo tal y como Neruda se inventaba su propio mundo”, explicó que no intentó reconstruir todo lo que fue el escritor, sino "lo que nos provoca su figura”. "Más que una película sobre Neruda, esta es una película a la Neruda”, dijo el director.
El filme, un "road-movie policial”, narra el periplo en la clandestinidad del genio de las letras, perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla, que en 1948 ilegalizó el Partido Comunista y le retiró a Neruda el fuero de senador. "En esta película hay una visión de una etapa en Chile donde había sueños muy grandes. Ese sueño llegó con (Salvador) Allende en Chile, pero fue aplastado con todos los horrores que conocemos”, opinó Larraín.
El mexicano Gael García Bernal encarna a Oscar Peluchonneau, el antihéroe, quien a pedido del presidente chileno emprenderá una verdadera cacería humana para localizar y detener al escritor fugitivo.
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