lunes, 9 de febrero de 2015

"La mujer de barro" engrosa la presencia chilena en la Berlinale

El cine chileno está de enhorabuena en la presente edición de la Berlinale, con dos películas a competición, pero también con una gran propuestas en la sección paralela Forum, "La mujer de barro", de Sergio Castro San Martín, con una gran Catalina Saavedra en el papel principal.

Se trata de una película basada en hechos reales, según explicó hoy (ayer) su realizador en entrevista a Efe, que narra la historia de María, una mujer que vive con su hija a solo unos kilómetros de la frontera de Chile con Argentina.

Diez años después de una experiencia horrible ocurrida en su trabajo, regresa al mismo lugar a trabajar nuevamente como temporera en la fruta para reunir dinero con el fin de irse a vivir con su hermano a Santiago. Cuando la horrible experiencia parece repetirse, María toma el destino en sus manos.

"La película toca mucho el tema de la centralización y el sueño del campesino de ir a Santiago. Chile es un país muy centralizado, hay un tema geográfico que también influye, y ese viaje a Santiago se transformó un poco en la utopía de este personaje", señala Castro. Con ese viaje, que en el filme nunca llega a verse, la protagonista "sueña un poco con eso, quizás en sacar a su hija de ese lugar, llevarla a Santiago, al progreso, utopía que no se cumple en la película", agrega.

La cinta, que celebró su estreno internacional en la Berlinale, ofrece un retrato social de la realidad del trabajo en la agricultura chilena -especialmente el de los temporeros-, desde el punto de vista de esos mismos empleados en el campo, al tiempo que establece un microcosmos femenino.

"Hay un tema de verosimilitud, de realidad -es una película hiperrealista-, que cualquier cosa que salga de esa realidad, hace que se quiebre todo", subraya el director.

El personaje de María está inspirado, también, en una empleada doméstica que crió a Castro junto a sus padres -"una mujer analfabeta, muy potente, muy generosa, pero muy terca a la vez"- y cuya historia lo marcó, pues también era de otra región, a donde viajaba periódicamente, y de donde regresó con un hijo.

El barro cobra protagonismo al final del filme, como un símbolo de limpieza, pero también como la opción que habría elegido no María, sino su amiga Violeta, personaje secundario en el filme, que abre a la protagonista "una nueva posibilidad de vivir, de sacarla un poco de la rutina, de darle un poco de alegría y de ligereza". "Hay una cosa quizás más simbólica. Al final, ese es el verdadero maquillaje de ella (María), es la verdadera piel", subraya Castro.

La intención compartida de Castro y Saavedra de rodar algo juntos se materializó finalmente en "La mujer de barro", a la que la actriz aportó mucho, según explica el realizador. "Ella es una gran actriz, que propone mucho", afirma Castro, esa clase de intérprete "focalizado en la película más que en el personaje".

En cuanto a su estreno en la Berlinale, el cineasta afirma que la experiencia fue "muy linda" y muy interesante, sobre todo el espacio de preguntas y respuestas posterior a la proyección, que le permitió ver cómo las mujeres ven las cosas muy distintas a los hombres, al igual que la gente adulta y los jóvenes.

"El público alemán es muy ávido de cultura", afirma Castro, y agrega que en Chile existe una cierta "bipolaridad", con un aumento de personas que van al cine, pero un descenso del consumo de producciones chilenas.

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